Sujetavelas Pardela cenicienta
A finales de octubre las Islas Canarias anuncian la campaña de las llamadas "noches en negro": durante esa temporada hoteles, edificios públicos y los residentes de las islas intentan consumir la luz artificial lo menos posible en horario nocturno. Son las noches de mayor índice en que los polluelos de la pardela atlántica o, como llaman a estas aves marinas en las Islas Canarias, pardela cenicienta (lat. Calonectris diomedea) realizan su primer vuelo al mar.
Las pardelas vienen a las islas en febrero para anidar y criar polluelos. Los polluelos pasan todo el verano bajo el abrigo y la alimentación de sus padres y con la llegada del otoño las crías fuertes extienden sus alas para hacer su primer vuelo nocturno y encontrar el camino al océano. Las principales referencias lumínicas para ellos son las estrellas y la luz de la luna, pero recientemente la contaminación lumínica en las ciudades es tan grande que los pequeños pájaros, deslumbrados por la luz artificial, se desorientan y caen a la tierra. Les es difícil volver a volar y permanecen indefensos en la tierra donde los esperan muchos peligros.
Tan solo en Tenerife cada otoño los residentes de la isla recogen más de 2.000 polluelos caídos (teléfono de rescate: 112). Las aves rescatadas se llevan a los centros especiales donde reciben la asistencia necesaria y luego, bajo la supervisión de los ornitólogos, las sueltan en la costa y les ayudan a emprender su vuelo hacia el mar de manera más segura.
Unos años después, cada uno de ellos volverá a las Islas Canarias con su única pareja para toda la vida para construir su propio nido y recibir las nuevas crías.
Entonces, ¿quizá debamos disminuir la intensidad de la luz artificial de vez en cuando y pasar una noche diferente junto al océano con la luz mágica y cálida de las velas?
Obsequio: saquito de yute, llavero, pegatina, postal de madera con el mapa de las islas y una historia sobre la pardela cenicienta.